7 de julio de 2025.
Comunicado a la opinión pùblica
En los centros educativos se ha vuelto moneda corriente asistir a situaciones de violencia dentro del
liceo y en las inmediaciones del mismo, poniendo en riesgo la integridad física de estudiantes y trabajadores.
El deterioro económico y la descomposición social que genera, se expresa con crudeza en los ámbitos educativos donde concurren niños y adolescentes, que son la población más golpeada por la pobreza.
Allí los docentes y equipos enfrentamos cotidianamente realidades que nos superan y nos colocan en la primera línea de contensión, obligados a responder sin contar con las mínimas condiciones y garantías.
Esto no solo nos expone a recibir agresiones y amenazas sino también a la frustración y desesperación de no encontrar respuestas o caminos por donde comenzar a transitar hacia una salida.
En el Liceo Miranda de Montevideo, zona del Palacio Legislativo, registramos episodios como:
-Ingresos de adultos en forma violenta a la institución amenazando a docentes y estudiantes.
-Personas que pernoctan dentro del local liceal, encontradas en las primeras horas de la mañana.
-Robos de objetos personales en aumento.
– Robos a estudiantes en cercanías del liceo (incluso a mano armada).
Esto sucede en medio de dos condiciones relevantes: primero, la creciente inseguridad alimentaria de nuestros estudiantes, cubierta parcialmente por becas de cantina, pero sobre todo por las colaboraciones y aportes del personal de la institución para poder brindar una merienda; y segundo, condiciones edilicias que no garantizan la seguridad de estudiantes y trabajadores por falta de mantenimiento, de reemplazo o renovación de los espacios.
Entendemos que es preocupante el nivel de deterioro y abandono en que debemos impartir clases y
procurar que se produzcan aprendizajes, cuando no se cuenta la infraestructura y recursos acordes a
las necesidades planteadas, que exceden ampliamente lo que tiene que ver cuestiones pedagógicas y
didácticas.
Sabido es que las paupérrimas condiciones de vida de amplias capas de la población, entre quienes nos incluimos, requiren de políticas mas generales: vivienda, salud, salarios y trabajo estable, y que esto excede a los centros educativos, pero con hambre y frío no se puede aprender y es menester instrumentar algunas medidas urgentes.
Los docentes del Miranda queremos centros educativos acogedores, empáticos y seguros para
todos y es por eso que nos planteamos las siguientes reivindicaciones:
-Servicio de portería liceal desde las 7:00 a las 23:30 horas, de lunes a viernes.
– Atender las necesidades alimenticias de todos nuestros estudiantes, con partidas fijas desde la
DGES que permitan contar con insumos de forma permanente. (leche en polvo, cocoa, café, te,
galletas, frutas, etc.).
-Creación de cargos de adscripción y POB para el nocturno ya que son 18 grupos en un edficio de 4
plantas, atendidos por solo dos adscriptas.
– Coordinar acciones con las instituciones vinculadas (Inau, Mides, IM) para abordar de conjunto las
situaciones sociales que fomenan la violencia fuera y dentro de los centros educativos. Entre otras:
alumbrado de las calles y las paradas de la zona.
– Condiciones edilicias e infraestructura:
– Mejorar el alumbrado del patio y exteriores del liceo.
– Elevar la reja de las calles Hocquart y Pardo Bazán para evitar ingreso de personas ajenas al
centro, además de contener las pelotas que caen a la calle y que pueden generar accidentes.
– Climatización en los salones para brindar un mínimo confort a quienes deben permanecen varias
horas con temperaturas muy bajas o muy altas según la estación.
– Nuevo mobiliario y equipamiento para reacondicionar espacios de uso común donde se pueda
permanecer y realizar actividades extracurriculares o recreativas.
– Nuevos baños.
– Reparación de aberturas, hoy selladas y que configuran un alto riesgo por la falta de ventilación.
Los acontecimientos que vivimos en este liceo emblemático, cuyo edificio fue declarado patrimonio es
solo una muestra de lo que se replica en todos los centros educativos. Es una necesidad impostergable
y debe ser una prioridad del estado en la atención de los más vulnerables.
Las urgencias en la educación son profundas y de larga data y es preciso una inyección de presupuesto
sustancial e inmediata para al menos paliar las situaciones más acuciantes.
– Presupuesto del 6% + 1 del pbi
– Salario docente y condiciones de trabajo
– Más y mejores centros educativos. Construcción, reparación, ampliación y mantenimiento de los edificios.
– Sistema de comedores y recursos para cubrir las necesidades alimentarias en jornadas que
muchas veces exceden las 8 horas fuera del hogar
– Autonomía y cogobierno
EN DEFENSA DE LA EDUCACIÓN PÚBLICA
Núcleo Liceo Miranda