Consideraciones sobre el Informe de la Dirección Ejecutiva de Políticas Educativas (DEPE) sobre la primera fase de la revisión de TCI

29 de octubre de 2025

Consideraciones sobre el Informe de la Dirección Ejecutiva de Políticas Educativas (DEPE) sobre la primera fase de la revisión de TCI

Consideraciones generales:

El informe relata los procesos realizados para dar cumplimiento a la llamada “Hoja de ruta para la revisión de la TCI” en los diferentes subsistemas.

El rechazo a la TCI, ratificado en ATD de todos los subsistemas, en los ámbitos académicos y sindicales durante el tiempo de su implementación no puede corregirse a través de una revisión.

En este sentido, las consultas realizadas para su “revisión” resultan no sólo insuficientes en cuanto a los tiempos de discusión, sino ineficientes en cuanto a la seriedad con la que deben tomarse las políticas educativas para los próximos años.

 

Debilitamiento de los procesos educativos

Los últimos 5 años, han hecho estragos en los procesos educativos de niñas, niños y adolescentes. La combinación de la suspensión de la presencialidad durante la pandemia y la implementación de la TCI, trajo consecuencias dramáticas para la continuidad educativa de miles de estudiantes, especialmente los que provienen de familias más vulnerables. Así lo muestran los datos del monitor educativo en los cuales se observa un marcado descenso de la asistencia regular, mientras que los datos de egreso en cada ciclo escolar se mantienen o incluso aumentan. La TCI, ha licuado los procesos de aprendizaje, con reglamentos de pasaje de grado que flexibilizan la asistencia y documentos marco como el Marco Curricular Nacional (MCN) y las Progresiones de Aprendizaje que ponen a los saberes curriculares subordinados a “competencias”. La mirada ideológica de estos documentos, pone en relieve el espíritu de la TCI: la educación como herramienta de domesticación en una sociedad cada vez más desigual, el docente como aplicador de políticas macro, evaluando competencias en las cuales el progreso del estudiante es valorado cuando es capaz de controlarse a sí mismo y a los otros.

En un contexto de fractura social, ausencia de políticas serias de cuidados, atención a las situaciones de extrema vulnerabilidad, sostener los principios expuestos en el MCN, sin rechazarlo de plano, es simplemente emparchar la ya catastrófica situación educativa.

El Informe de DEPE plantea que la revisión de estos documentos marco, será llevada adelante durante el 2026, mientras destaca la libertad de cátedra como elemento que permitirá al docente la elección de las metodologías a implementar y establece la revisión de los programas en base a contenidos. Entendemos que esta posición, es absolutamente insuficiente. Los principios básicos de enseñanza como la libertad de cátedra (tanto en las metodologías como en priorizar contenidos o competencias) están garantizados en la Ley General de Educación[1] por lo que garantizarla es obligación de cualquier Dirección.

 

Malla Curricular y asignaturas optativas

La propuesta para 2026 entonces, se remite a una nueva distribución de asignaturas y nomenclatura de las mismas, quitándole la calidad de rotativas/optativas en EBI a asignaturas que son base para la formación de los adolescentes en 1° ciclo.

Se menciona la importancia de retomar la cantidad de horas de coordinación a 4 horas para la Unidad Docente. La realidad presupuestal indica que este reclamo será inviable.

 

Redistibución de la carga horaria: ¡Que comiencen los juegos!!

La TCI instaló a partir de una mirada competencial y tecnocrática, una distribución de la carga horaria por asignaturas que tuvo efectos gravísimos en la vida laboral de muchos docentes. La nueva malla intenta compensar el déficit de horas que muchos colectivos sufrieron en estos años a partir de criterios no del todo claros.

En EBI, se intenta compensar la pérdida de horas y en consecuencia de contenidos quitando carga horaria a algunas asignaturas y agregando a otras. En EMS, además de retomar la diversificación en las orientaciones, se suman un sin fin de asignaturas optativas con una carga horaria de dos horas.

El emparche de la nefasta TCI, no se soluciona con la creación de una malla curricular que intente compensar el cambio profundo que generó en las condiciones laborales de miles de docentes. Agregar asignaturas en los diferentes ciclos y grados, en algunos casos con dos horas de clase y en otros en calidad de optativas, no es más que una continuidad de la atomización y aumento de carga de trabajo que instaló la TCI.

La Resolución 5135 del 27 de octubre del 2025, establece que la implementación de materias optativas en 1° EMS, dependerá de la cantidad de grupos que disponga el centro y los “intereses” de los estudiantes a partir de un relevamiento que se realiza en 9°. Es de destacar que esta modalidad, ya implementada por la TCI, no sólo no refleja los intereses de los estudiantes (una encuesta cerrada que se realiza en 5 minutos) sino que no es posible que un estudiante opte en 9° por un saber que desconoce y que no se le dará la oportunidad de conocer.

Por otro lado, no se asegura la fuente laboral de los docentes que dictan materias optativas y se mantiene la lógica de la TCI: para cubrir una Unidad Docente, en el caso de un docente con dos horas semanales es necesario tomar 10 grupos, 10 planificaciones, 10 formas de evaluar adaptada al medio, con horas de coordinación que hasta hoy son absolutamente insuficientes.

 

Reglamentos y protección de las trayectorias

Si bien surge del documento que la revisión de REDE y REEMS está prevista para 2026, aún quedan muchas interrogantes. Es claro que el anhelo de la navegabilidad entre subsistemas no será algo posible.

Por otro lado, en el apartado donde se mencionan las propuestas de DEPE, sugiere como parte de una implementación de “modificación curricular”, la participación del programa Re_Vuelta Educativa, Prolee y otros programas con participación privada en la que no queda claro, de qué manera participarán en la modificación curricular.

Es bastante evidente, que en un contexto de restricción presupuestal tan fuerte, cualquier modificación curricular que aumente la carga horaria será cubierta con la participación privada, En este sentido,  la continuidad de la concepción ideológica de la TCI, se mantiene vigente.

No avanzar en la derogación de los documentos marco, y seguir en la línea de la “revisión” no parece más que remiendos en el derecho a la Educación de todas las niñas, niños y adolescentes, ya restringido con la aplicación de la TCI, especialmente los hijos de las familias más vulnerables.

A partir de las consideraciones antes expresadas, Ades Montevideo reafirma su rechazo a los mecanismos de «emparche» y exige el desmantelamiento de de la TCI y la derogación inmediata de todos los documentos que le dan marco.

 

[1] Artículo 11. (De la libertad de cátedra).- El docente, en su condición de profesional, es libre de planificar sus cursos realizando una selección responsable, crítica y fundamentada de los temas y las actividades educativas, respetando los objetivos y contenidos de los planes y programas de estudio. Asimismo, los educandos tienen la libertad y el derecho a acceder a todas las fuentes de información y de cultura, y el docente el deber de ponerlas a su alcance

 

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