Liceos Populares: Por la educación de los hijos de los trabajadores

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Principio requieren las cosas: somos un grupo de compañeros con participación activa en la vida sindical desde hace algunos años y que en 2010 conformamos una nueva agrupación militante. Nuestro objetivo fundamental es aportar constructivamente al cambio de rumbo de la educación pública, la cual, desde los años 90, viene siendo dirigida desde lo político hacia una desvalorización del conocimiento y un desprestigio del profesionalismo docente. Esto se ha realizado con la complicidad de los medios de comunicación, que manipulando datos condicionan a la opinión pública con el propósito de legitimar una serie de políticas asistencialistas y una direccionalidad de la educación hacia el mercado laboral, impidiendo un verdadero desarrollo personal, integral y social de nuestros alumnos.

Definimos nuestra agrupación como un ámbito para llevar adelante instancias de información, estudio y discusión que nos permitan enriquecer la vida sindical, entre compañeros que hacen suyo el principio de la independencia de clase. Acordamos la necesidad de organizar nuestras fuerzas, no como un fin en sí mismo, sino como un medio hacia el redireccionamiento de nuestro sindicato.

Quienes integramos esta agrupación hemos trabajado en los últimos años en el fortalecimiento de los núcleos para poder pelear por mejores condiciones de estudio y de trabajo, particularmente por la reducción del número de estudiantes por grupo y la creación de nuevos liceos. También dirigimos nuestros esfuerzos a la creación de coordinaciones zonales, a la lucha contra la nueva y nociva ley de educación general, a la pelea por mejores salarios, a la creación de la comisión de salud laboral y al estudio de las políticas educativas que se vienen aplicando.

Deseamos reposicionar al sindicato como expresión histórica de compromiso con la causa de los más necesitados y no como un órgano más del gobierno que a través de su directiva firma acuerdos a espaldas de sus integrantes y del pueblo en general.

Hemos dado a nuestra agrupación el nombre “Liceos Populares – Julio Andreoli”. En el mismo simbolizamos nuestro compromiso con la militancia crítica y constante, conscientes de ser parte de la clase trabajadora y de representar el objetivo histórico de una educación pública autónoma y cogobernada.

No somos una lista. Las listas se arman pensando exclusivamente en las elecciones y no siempre se proyectan más allá de ellas. La continuidad de nuestro trabajo sindical no está supeditada a los resultados de las elecciones que se avecinan.

Si la voluntad de los compañeros es que podamos militar desde la dirección sindical, nos comprometemos a hacer todos los esfuerzos para potenciar desde allí la reconstrucción de nuestro sindicato desde sus bases, en la misma línea que venimos trabajando desde hace ya un tiempo.

La Ley de educación

En diciembre de 2008, el parlamento aprobó la Ley General de Educación 18.437. Tras la fachada participativa con que intentó revestirse al previo Debate Educativo, se escondía la prestidigitación político-partidaria de los destinos de la educación pública. La ley mantiene la dirección de la enseñanza en manos de personajes designados según la voluntad del poder político de turno, personajes que ahora pueden aspirar a una escandalosa cantidad de cargos burocráticos, a cambio de remuneraciones muy superiores a las que los profesores percibimos por la unidad docente. Además, la ley aumenta la injerencia privada sobre la educación pública, y avanza hacia la desarticulación del sistema educativo, consagrando una descentralización que permite a organismos no educativos encargarse de asuntos que sí lo son. En definitiva, la nueva ley no es otra cosa que un marco coercitivo para profundizar el proyecto reformista al que nuestro sindicato se opone.

La Reforma educativa

En materia de política educativa, la Ley de Presupuesto Nacional se basó en los proyectos enviados al Parlamento por el Poder Ejecutivo y la ANEP. Para Secundaria, ambos proponen el abandono de responsabilidades educativas en organismos no educativos, así como una falsa participación de la comunidad en los centros, muy distante de la autonomía y el cogobierno.

Ambos proyectos adhieren a una lógica de gestión em­presarial, sujetando el trabajo de los docentes y el rendimiento de los estudiantes a criterios de productividad mercantil, priorizando la orientación de la educación hacia el «mundo del trabajo», reingresando el criterio de la «instrumentalidad» de ciertos conocimientos.

Finalmente, ambos proyectos direccionan la educación hacia la con­tención social de los sectores sociales condenados a la miseria por el actual sistema económico, responsabilizando a la educación de cuestiones no educativas y exonerando de responsabilidades a las instituciones pertinentes.

LAS CONDICIONES DE TRABAJO Y ESTUDIO

El acuerdo salarial firmado entre la ANEP y la CSEU el 30 de diciembre pasado congela la recuperación salarial conquistada en el quinquenio anterior. El salario por la unidad horaria al ingreso a la función seguirá en el entorno de la cuarta parte de la canasta familiar básica.

En el quinquenio anterior se perdieron miles de horas de trabajo, pues no se inició la construcción de ningún nuevo edificio liceal en todo Montevideo, y en cada liceo en el que se pasó de tres a dos turnos diurnos se perdieron de 600 a 700 horas. Así, además de generarse la desocupación de decenas de compañeros, se ha profundizado la superpoblación de los grupos.

Seguimos con decenas de centros liceales con carencias de todo tipo: edificios y salones inadecuados, baños deteriorados e insuficientes, falta de espacios y recursos didácticos, falta de personal docente y no docente. A ello sumemos: direcciones e inspecciones autoritarias, evaluaciones de méritos completamente irregulares, concursos en los que no se jerarquiza la formación docente, recursos administrativos que no son atendidos o “se pierden”, elecciones de horas caóticas…

IMPORTANCIA DE LA MILITANCIA DE BASE

Nuestra tarea central está en los núcleos liceales, que son espacios para el encuentro, el intercambio de información y la discusión entre compañeros de trabajo, con plena autonomía para adoptar toda clase de medidas en su liceo y para promover iniciativas al conjunto sindical. Si aspiramos a un fortalecimiento de nuestro sindicato, se hace imperioso poblarlo de los compañeros que se encuentran alejados y que precisan de una mano tendida para arrimarse, y esa tarea se realiza en los núcleos liceales.

Por su parte, los zonales son espacios de participación sindical que comprenden a todos los compañeros que trabajan en los liceos de un área. Además de ser herramientas para el desarrollo de actividades colectivas (charlas-debate, volanteadas, pintadas, publicación de boletines, participación en medios de comunicación comunitaria), permiten la coordinación con los sindicatos vecinos, la reunión con los gremios estudiantiles y la visita a los liceos en los que no existen núcleos sindicales.

Entendemos que la militancia en estos niveles es esencial para la reconstrucción y el fortalecimiento de la organización sindical. Es desde esta tarea que podremos generar mayor participación y protagonismo de los trabajadores docentes.

¡ NO MÁS DEMAGOGIA !

En los últimos años, la mayoría de la dirección sindical se ha arrogado reiteradas veces la potestad de tomar decisiones cruciales contrariando las resoluciones de las bases. Consideremos un ejemplo. En setiembre de 2009, la agrupación mayoritaria en la Comisión Directiva de ADES Montevideo suspendió el plan de paros zonales aprobado por la Asamblea General como parte del conflicto que por entonces manteníamos con el CES por las características de la elección de horas (las autoridades pretendían que la permanencia en los cargos que se tomaran se extendiese por tiempo indeterminado, hasta que existiera voluntad política de hacer un nuevo llamado).

Con procedimientos así, la dirigencia mayoritaria muestra ser, en los asuntos de mayor importancia, una incondicional defensora de los planteos de las actuales autoridades del CES. Entendemos que no se pueden colocar las simpatías que algunos compañeros tienen hacia el gobierno por encima de la independencia de clase de los trabajadores.

Debemos cambiar nuestro sindicato para terminar con el doble discurso de quienes dicen promover la participación democrática de los trabajadores y en la práctica expulsan a los compañeros con sus métodos autoritarios. Debemos comprometernos con nuestro sindicato, para no dar lugar a quienes hoy salen a buscar votos diciendo que hay que reforzar los núcleos sindicales, pero recorren esos mismos núcleos intentando desarticular las metodologías de lucha que se adoptan.

Debemos construir un sindicato diferente para verdaderamente luchar por mejoras salariales, sin temores a lo que nos pueda hacer el gobierno si no aceptamos las migajas que nos ofrece (migajas que, en el caso del último ajuste, no dan ni para cubrir el aumento general de los precios de los artículos básicos en los últimos tres meses). Son esas prácticas de renuncia a luchar por una mejor educación para los hijos de los trabajadores las que alejan a los compañeros de los espacios sindicales.

NUESTRA LUCHA

El estado actual de la educación pública y los anuncios de lo que se viene hacen imprescindible fortalecer los espacios sindicales, organizándonos desde abajo: vigorizando los núcleos liceales, contribuyendo a la tarea de afiliar compañeros al sindicato, apostando a las coordinaciones zonales, arrimando compañeros a las movilizaciones, participando en las comisiones sindicales, contribuyendo a la discusión de las cuestiones de interés y asegurando el respeto a las resoluciones de la Asamblea General.

De ello depende el éxito de las luchas que deberemos dar contra la aplicación de la ley de educación y la ley presupuestal. También para ampliar el plan de construcción edilicia proyectado para el quinquenio, sobre la base de 50 nuevos liceos en el país. Para obtener mayores aumentos salariales en las próximas instancias de negociación, buscando equiparar la unidad horaria con la media canasta familiar. Para que los suplentes tengan los mismos derechos que los titulares. Para mejorar las condiciones de jubilación. Para hacer posible la presupuestación de todos los compañeros contratados, pasantes y becarios. ¡ Dignifiquemos la educación de los hijos de los trabajadores !

 

Comisión Directiva

  1. Julio Moreira
  2. Verónica Scandroglio
  3. Marcelo Arlotte
  4. Catherine Maldonado
  5. Sebastián Jordán
  6. Carina Benoit
  7. Pablo Siqueira
  8. Gabriela Siqueira
  9. Lizza Toledo
  10. Rafael Fernández Pimienta
  11. Manuela Alfonzo
  12. Lucía Lerena
  13. Sergio Murtfeldt
  14. Nathaniel Clavijo

 

Comisión Fiscal

  1. María Noel Graffigna
  2. Lucía Santini
  3. Nydia Correa
  4. Laura Perciante
  5. Gonzalo Martín
  6. Leticia García

 

Adhieren:

 Fernando Pesce / Carlos Hipogrosso / Noemí González / Wilma Mariconde / Luciana Olesker / Carina Álvarez / Valeria Estévez / Jimena Lemes / Joanna Odella / Florencia Bruno / Héctor Carrere / Richard Priscal / Alicia Chimuri / Adriana Valverde / Beatriz Pereira / Ana Rueda / Virginia Quintana / Elías Rodríguez / Mónica Bagnato / Pablo Langone / Andrea Pardo

 

Abril de 2011

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